Las noches de luna llena, las mujeres nos regalamos reunirnos en círculo, como lo hacían antes nuestras ancestras.
Ellas convivían y compartían su día a día de manera activa y natural. Hoy, desgraciadamente, vivimos desconectadas las unas de las otras y pasamos son solicitud nuestras etapas vitales.
En los círculos de mujeres, nos reencontramos a nosotras mismas y re conectamos con la mujer que somos. Nos apoyamos, nos respetamos, nos cuidamos y nos vemos reflejadas las unas con las otras. Sabemos que cada una hace su camino y tiene su singularidad pero en realidad tenemos mucho más en común de lo que pensamos…
En un círculo se crean relaciones autenticas y respetuosas donde todas somos importantes, validadas y escuchadas ¡Y es entonces cuando se activa la magia!
En un círculo de mujeres se despierta un profundo amor y una gran admiración hacia nosotras mismas a través del espejo de las demás.